jueves, mayo 18, 2017

El castigo de la bella durmiente.

Seguiré diciendo lo mismo, la literatura erótica tiene una vertiente muy triste que entiende al sexo como azotes, golpes, esclavismo corporal y humillaciones varias. ¿Qué pasa con este género? ¿Cómo tiene sexo esa gente? Supongo que Anne Rice habrá tenido sexo como el Kama Sutra manda, pero en este libro su erotismo se basa en azotes, maltratos y humillaciones. Y después que me hablen de la violencia de género, si esto fue justamente escrito por una mujer.
Un libro repetitivo y aburrido. Azote, más azote y sobre el final un secuestro. La historia no tiene consistencia y las escenas fuertes son apenas dos, en un berenjenal de torturas sin sentido. En esencia, repite situaciones y conceptos del libro anterior, primera parte de esta trilogía. No aporta muchas cosas nuevas, excepto ahondar en un mundo de sádicos, un reino donde los príncipes son castigados y disciplinados como práctica habitual.
Fantasías pervertidas de ayer y hoy presentó...

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